🧠 Autismo, comida y texturas: ¿Por qué mi hija solo come cosas tostadas?

Un poco de nuestra historia y lo que aprendí en el camino

Soy autista, y mi hija también. En mi caso, la textura no siempre es un problema… hasta que estoy ansiosa. Ahí es cuando empiezo a buscar algo para masticar, y si es crujiente o tostado, mejor. Ese crunch me ayuda a liberar tensión, me regula, me da una sensación de alivio físico y emocional.

Pero con mi hija es distinto. Ella no puede comer si la comida no es tostada.
Y no es exageración. Su comida favorita, por ejemplo, es el chicken tempura sushi. No cualquier sushi, sino ese específicamente. Porque tiene la textura exacta que su cuerpo necesita: el crujiente del tempura, el arroz firme y una estructura predecible. Si la textura cambia, ya no puede comerlo.

Y no es necedad. Es una respuesta real de su cuerpo: esto no se siente seguro.

🧠 ¿Qué tiene que ver lo sensorial?

En muchas personas autistas y neurodivergentes, el sistema sensorial funciona diferente. A veces está hipersensible (siente demasiado), y otras hiposensible (siente muy poco). Esto también aplica al gusto, la textura, la temperatura y cómo sentimos la comida en la boca.

🔸 En la hipersensibilidad oral, algunas texturas se sienten demasiado intensas, pegajosas o invasivas. Comidas muy húmedas o blandas pueden causar rechazo automático. Lo tostado o crujiente, en cambio, se siente predecible y “seguro”.

🔸 En la hiposensibilidad oral, se busca más estimulación: texturas que crujan, se mastiquen fuerte o tengan un impacto más claro. Es una forma de stimming oral o autorregulación a través del cuerpo.

🍽 ¿Qué podemos hacer como cuidadores?

Si estás acompañando a un niño o niña con estas necesidades sensoriales, aquí te comparto algunas ideas para respetar sus preferencias sin caer en el agotamiento de “hacer lo mismo siempre”:

✅ Hornear o tostar alimentos para lograr la textura crujiente sin necesidad de freír.
✅ Cortar frutas o verduras finitas y hacer “chips” caseras (manzana, batata, zanahoria, etc.).
✅ Explorar panificados, cereales secos o crackers como vehículos para proteína u otros nutrientes.
✅ Observar en qué momentos del día busca más lo crujiente: ¿es por ansiedad? ¿por cansancio? Eso ayuda a anticipar sin frustraciones.
✅ Incluir la textura preferida como parte estable del plato, sin presionar a “probar otra cosa”.

🤎 No es un capricho. Es regulación.

Con el tiempo, entendí que esto no es una etapa ni una manía. Es una necesidad sensorial, y muchas veces también emocional. La textura correcta le da a mi hija una sensación de seguridad y calma. A veces, esa es la única forma en que su sistema nervioso puede decir: hoy sí puedo con el mundo.

💬 ¿Te suena familiar?

Si tú o tu peque prefieren comer lo mismo, si hay texturas que simplemente no toleran, si hay una comida que se convierte en refugio sensorial, no están solos.

✨ No es flojera.
✨ No es capricho.
✨ No es falta de límites.
Es autismo.
Es neurodivergencia.
Y merece comprensión.

📌 Próximo post:

Voy a compartir una guía práctica sobre sensibilidades orales comunes: cómo reconocer si tu hijx es hipersensible o hiposensible, qué señales observar y cómo acompañar con respeto desde lo sensorial.

¿Te gustaría recibirla? Déjamelo saber en los comentarios o compártelo con alguien que lo necesite 💛